En un estudio de la Universidad alemana de Duisburg Essen se mostraron vídeos sobre un robot y otros sobre humanos. Ambos generaron la misma actividad neuronal en los espectadores cuando el comportamiento con las máquinas y las personas era benévolo.
25/04/2013 - 14:25h
La literatura primero, y después el cine, exploran desde hace tiempo la relación entre los humanos y los robots. A base de imaginación se han perfilado futuros hipotéticos en los que las máquinas tienen todas las facultades que podrían tener las personas y conviven con ellas. El estatus de estos seres impulsados por inteligencia artificial varía, pero la tónica general ha consistido en explotar el miedo a lo desconocido y azuzar el complejo de inferioridad de los lectores y espectadores, seres humanos al fin y al cabo.
En Matrix los robots adquieren el control del mundo de los humanos y crean una ilusión a su antojo. El clásico de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que sirvió de base para la película Blade Runner, imagina la relación de las personas con la inteligencia artificial a la inversa, destacando el sometimiento de los primeros sobre las máquinas. De éstas, las más peligrosas son las que más se parecen a los seres humanos.
Sin embargo, puede que todo esto sólo sea ficción y nada más porque dos estudios recientes muestran que las personas somos capaces de sentir empatía por los robots de forma natural. Un equipo de investigadores de la Universidad de Duisburg Essen, de Alemania, ha llevado a cabo dos experimentos para averiguar de qué manera los humanos ven a los robots, según recoge Phys.org.
En el primero de ellos participaron 40 personas, a las que se mostraron vídeos de un robot con forma de pequeño dinosaurio. En una serie de imágenes la máquina recibía un trato violento y la otra serie se comportaban afectuosamente con ella. Los científicos evaluaron el estado psicológico de los espectadores, que señalaronsentirse más negativos después de ver al robot maltratado. También estaban más nerviosos mientras visionaban esta parte.
Hasta aquí podría decirse que la reacción de los participantes es propia de una aversión natural a la violencia, que evidentemente es generalizada. Sin embargo, los mismos investigadores han realizado un segundo estudio algo más complejo. En este caso se centraron en la actividad neuronal de 14 participantes. Éstos vieron vídeos de robots, de humanos y de objetos inanimados. Cada serie temática incluía imágenes en las que se trataba bien a los protagonistas y otras en las que se los trataba mal.
La activación neuronal frente a los vídeos en los que se trataba de forma afectuosa a los robots y los que concernían a los humanos resultó seguir un modelo similar, diferente del que suscitaban los objetos inanimados. En las imágenes donde se mostraban abusos sí se notó mayor distinción entre la reacción nerviosa ante las situaciones de las personas y de las máquinas.
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